Recetas con fresas - CAMPOBERRY, producción tardía y extra tardía de arándanos ecológicos, fresas, frambuesas y moras en Cantabria, España.

Gazpacho de fresas

Limpiamos y cortamos los tomates, las fresas y el pepino.
Metemos en la batidora de vaso o en el recipiente para batir, todos los ingredientes sólidos.
Después añadimos sal, el aceite de oliva y el vinagre de manzana (la fresa puede aportar bastante acidez, así que mejor poco a poco e ir corrigiendo según nuestros gustos). Si el gazpacho queda demasiado espeso, podemos añadir un poco de agua.
Pasamos por un colador chino para que la textura sea más agradable al paladar, metemos a la nevera y servimos frío.

Cortamos las fresas por la mitad de forma longitudinal, las ponemos en un bol con el azúcar y el zumo del limón. Lo mezclamos bien y dejamos reposar hasta el día siguiente en la nevera.
Al día siguiente, dividimos el cava: ponemos a calentar 500 ml de cava y vamos añadiendo azúcar al gusto (cuando empiece a hervir lo apartamos del fuego) y con el resto de cava, disolvemos un sobre de gelatina.
En un molde, colocamos las fresas en el fondo y vertemos la mezcla encima. Dejamos enfriar y la metemos en la nevera un par de horas para que adquiera consistencia.
Podemos servirla tal cual regada del zumo que quedó de la maceración de las fresas o utilizarla con otro postre base de una mousse de fresas por ejemplo, o para decorar una tarta de queso con base de galleta.

Troceamos las fresas y las batimos hasta conseguir una textura líquida lo más homogénea posible.
Montamos la nata en otro bol con la batidora.
Vamos vertiendo las fresas batidas a la nata montada, mezclando con cuidado.
En un tercer recipiente, montamos las claras a punto de nieve.
Muy despacio, con delicadeza, vamos mezclando poco a poco las claras a punto de nieve con la mezcla anterior de nada montada y batido de fresas.
Para servir podemos colocarlo en copas o vasitos en raciones individuales y para decorar, podemos utilizar nata montada y unas fresas en láminas por ejemplo.

Lavamos las fresas y las secamos bien con cuidado.
Fundimos el chocolate en un bol al baño María o en el microondas.
Cogemos las fresas por las hojas y las introducimos en el chocolate fundido. Si queremos adornarlas más, podemos pasarlas luego como si las rebozásemos, por un plato con algún fruto seco troceado o coco rallado por ejemplo. Pero la sencilla combinación fresa y chocolate es deliciosa.
Dejamos enfriar en un plato o en una bandeja cubierta con papel de horno para asegurarnos de despegarlas sin problemas. Dejamos enfriar y metemos al frigorífico. Bien frías, con el contraste de textura entre la carne de la fresa y la corteza dura de chocolate, son un deleite para los sentidos.

100 g de fresas
350 ml de leche
100 g de harina de repostería
2 huevos
1 cucharada de maizena (si no tenemos, podemos poner 125 g de harina)
mantequilla (lo haces con una cuchara de te arrastrándola por el largo de la mantequilla)
1 cucharadita de azúcar moreno
3 cucharadas de azúcar moreno
chorrito de zumo de ½ limón

Cortamos las fresas en láminas y las ponemos en la sartén con las 3 cucharadas de azúcar moreno y zumo de limón a fuego medio. El resultado debe ser parecido a una mermelada líquida.
Para la masa de los crepes, mezclamos los ingredientes en un recipiente para batir: la leche, la harina, la maizena, los huevos, la mantequilla (un rulo obtenido de pasar una cucharilla sobre la superficie de la mantequilla) y la cucharadita de azúcar. Batimos hasta obtener una mezcla homogénea.
En una sartén derretimos un poco de mantequilla para evitar que se pegue la masa y vertemos un poco de masa, que a fuego medio y durante 1 min aproximadamente, debería estar lista para el siguiente paso.
Añadimos ahora fresas a una mitad de la crepe y la cerramos. Dejamos un minuto y le damos la vuelta para que se haga por el otro lado también.
Podemos ir un poco más allá y caramelizarlas poniendo en una sartén una cucharada de mantequilla y una de azúcar moreno. Una vez derretida la mantequilla, ponemos encima la crep rellena de fresas y la vamos moviendo para que se le pegue el azúcar derretido.
E incluso, podemos ir un poco más allá y flambearlas con un poquito de ron.