Recetas con arándanos - CAMPOBERRY, producción tardía y extra tardía de arándanos ecológicos, fresas, frambuesas y moras en Cantabria, España.

Helados de yogur y arándanos

Si nos gustan los tropezones, reservamos un puñado de arándanos y el resto los batimos.
Añadimos los yogures y el edulcorante, y mezclamos bien. Una opción más saludable es triturar plátano, que ayudará a darle consistencia cremosa a la vez que endulza el acabado.
En moldes o vasos pequeños, añadimos la mezcla y colocamos un palo para sujetarlos luego. Podemos añadir ahora los arándanos enteros y hundirlos en el futuro helado a distinta altura.
Llevamos al frigorífico 3 o 4 horas y ya está listo para refrescarnos. Para sacarlo del vaso, podemos sumergir el recipiente con cuidado unos segundos en agua caliente.

Batimos las claras a punto de merengue añadiendo el azúcar muy poco a poco.
Trituramos los arándanos y colamos recoger el zumo de la fruta. Podemos dejar alguno entero para decorar una vez acabado el postre.
Añadimos el zumo de arándanos al merengue con movimientos envolventes y con muchísimo cuidado para que las claras no se bajen.
Para servir, podemos ponerlo en vasos o copas, para raciones individuales y llevamos al frigorífico durante al menos 4 horas.

Mezclamos en un bol los huevos y el azúcar hasta que éste esté bien integrado.
Derretimos la mantequilla y una vez ligeramente enfriada, la incorporamos a la mezcla anterior poco a poco.
Añadimos también el aceite y la vainilla y mezclamos perfectamente.
Vamos tamizando y mezclando la harina y la levadura poco a poco, mejor con la ayuda de una cuchara y movimientos lentos.
Una vez bien mezclados todos los ingredientes, añadimos los arándanos removiendo con cuidado para distribuirlos por la masa sin romperlos.
Precalentamos el horno a 210º con la bandeja dentro para que cuando coloquemos los moldes de las magdalenas, reciban también calor desde su base.
Introducimos durante unos 18 minutos en la posición media / baja del horno.

Batimos la leche vegetal, los dátiles y los arándanos (si queremos adornar la presentación con ellos, podemos reservar unos pocos).
Añadimos la chía y metemos a la nevera para que enfríe y las semillas se vayan hidratando. Después de un par de horas podremos disfrutar de este postre tan sencillo.

Precalentamos el horno a 170º.
Echamos en un bol el yogurt, los huevos, el aceite y el azúcar. Batimos hasta que la masa sea homogénea.
Para que no queden grumos, vamos añadiendo poco a poco y mejor con la ayuda de un tamizador o un colador, la harina y la levadura.
Una vez bien batido, colocamos la masa en nuestro molde y añadimos los arándanos hundiéndolos un poquito con la ayuda de un tenedor y procurando disponerlos de un modo más o menos uniforme.
El bizcocho debería estar listo en unos 45 min, cuando lo pinchemos con una cuchillo y el filo salga limpio.

Ponemos en un cazo los arándanos, el azúcar y el agua, a fuego medio.
Removemos suavemente para que se derrita todo el azúcar.
Dejamos que vaya cociendo la mezcla, eliminando la espuma que se forma por encima, hasta que el color violeta se torne oscuro y su textura haya espesado (aprox. unos 30 min).
Retiramos del fuego y con cuidado para no quemarnos, lo vertemos en un tarro. Si no vamos a comerla inmediatamente, podemos ponerla en un tarro previamente esterilizado. En este caso, tapamos y dejamos que enfríe con el tarro boca abajo.